TU SALUD ES TU PELO

¿O debería decir su salud o su cabello?

Nos hacemos eco de la actualidad sobre la sobreexposición de las mujeres Negras en conjunto, así como de las niñas menores de edad, a los productos de cuidado capilar más tóxicos del mercado global, obviamente totalmente inconscientes de ello, debido a la falta de interés por parte de las organizaciones de salud pública y la participación de la industria de la cosmética capilar con casi ninguna reglamentación o investigación clara, abusando de sustancias químicas no probadas y con una escasa lista de ingredientes claves presentes en el etiquetado.

Hay que decir que, en vista de las preocupaciones sanitarias y el porcentaje epidémico de efectos secundarios, que causan problemas importantes entre la población femenina Negra*, este grupo minoritario afectado por su consumo en cosmética capilar en todo el mundo, no puede afrontar más desafíos, ya que estas mujeres tienen una desventaja insuperable como resultado de las disparidades en la atención médica.

*La población Negra es AfroCaribeña, Africana, Afropea, Afrolatina, AfroAmericana.
YOUR HEALTH IS YOUR HAIR 2

Lamentablemente, todavía es una realidad palpable en este siglo XXI que la relevancia del diagnóstico, la profesionalidad de los procedimientos y la atención médica dependen de quién se trate, de su origen étnico, así como del género.
Si es una mujer Negra, de norte a sur, de oeste a este, del norte global al sur global, que hable inglés, francés, español, portugués, wolof, criollo, igbo o xhosa, siendo pobre, sin educación o con alto rendimiento académico y con posición económica elevada, es más que probable que estos destinos sean idénticos o muy similares ante el trato médico.
Ciertamente, no son sus nuevos zapatos exclusivos que cambiarán la cantidad de melanina en su piel, siempre pueden preguntarle a Serena Williams, si tienen la oportunidad…

Varios estudios científicos recientes y encuestas han demostrado, sirviendo como evidencia de que estas mujeres están siendo atacadas por una cantidad increíble de riesgos para la salud, debido a su origen étnico y a las presiones por cumplir con los estándares Blancos a fin de existir y ser incluidas como sujetos relevantes de la sociedad.

El primer paso para intervenir contra este círculo vicioso diario, agregando capa tras capa de veneno a sus cuerpos, sería protegerlas informando y educando a todas las mujeres de nuestras diversas Diásporas.

Se trataría de prevenir daños para salvar vidas y reducir el índice epidémico de fibromas uterinos, de pubertad prematura, de problemas reproductivos, de trastornos del tiroides, de la epidemia de obesidad y de los riesgos de cáncer.
El derecho a saber está en el centro del problema, los clientes que gastan dinero, año tras año, tienen el derecho a saber si su salud se verá gravemente afectada por el consumo propio de su comunidad.
Y un boicot sin duda cambiaría la actitud de algunos fabricantes, que se imaginan que pueden vender cualquier cosa a mujeres Afrodescendientes, asumiendo que comprarán lo que sea.

A estas alturas, nadie puede esperar por cambios en las regulaciones o a que los fabricantes hagan productos más seguros, como ya sabemos, se trata de ganancias y posicionamiento en un mercado, donde la investigación científica costosa y la inversión no son parte del acuerdo. Así es como se ha dirigido este negocio de miles de millones de dólares enfocado específicamente a mujeres Negras, desde sus inicios en 1900, gracias al inventor del desrizante capilar, Garrett Morgan, y a la mujer que se convirtió en millonaria vendiéndolo a las masas, Sarah Breedlove McWilliams, también conocida como Madame C.J, un increíble invento diseñado para destruir el marcador visible de nuestra identidad Africana…

De alguna manera, si sólo fuera un asunto relacionado con desrizantes, permanentes, texturizadores, tintes para el cabello…desafortunadamente, la lista de productos es mucho más larga que todo eso, según varias encuestas y estudios hechos en los últimos 15 años.

La irritación de la piel y los ojos y la dermatitis de contacto están relacionadas con champús, acondicionadores, tintes para el cabello, soluciones para permanentes, aerosoles de plancha, etc.

Los trastornos respiratorios y el asma están relacionados con el formaldehído, el amoníaco y los agentes blanqueadores.

Los obesógenos son disruptores hormonales, que alteran el metabolismo. Afectan a los fetos y en los primeros años de vida una exposición temprana, tendrá un efecto duradero sobre el metabolismo y las células del cuerpo, también está relacionado con la diabetes de tipo 2.
Estos disruptores se pueden encontrar en champús, acondicionadores, desenredantes, lociones para el cabello y fragancias.

Los carcinógenos se encuentran en los desrizantes para el cabello, los tintes para el cabello y otros productos para el alisado, como los tratamientos de keratina brasileños.

Los fibromas uterinos afectan aproximadamente al 80% de las mujeres Negras a lo largo de su vida. La exposición química a través de las lesiones en el cuero cabelludo y las quemaduras causadas por los desrizantes están relacionadas con tasas altas de tumores fibroides.

El desarrollo reproductivo, las niñas menores de edad que usaban aceites capilares químicos y permanentes tuvieron más probabilidades de experimentar una pubertad temprana, prematura. Las niñas de apenas dos años de edad después de usar desenredante y acondicionadores que contienen placenta animal, comenzaron a mostrar signos de pubertad.

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Hasta el 78% de los desrizantes y alisadores contienen sustancias químicas que son disruptores hormonales, denominadas parabenos.
Los parabenos se han relacionado con el cáncer, el aumento de peso y la reducción muscular.
Hasta un 78% también contienen ftalatos que prolongan la vida útil de los productos; los ftalatos están asociados con el cáncer de mama, el cáncer de ovario y la menopausia temprana.

Resultados publicados en la revista Environmental Research.

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Hay otros puntos destacados de los estudios:

  • Todos los productos probados contenían fragancias químicas.
  •  78% contenían parabenos.
  • El 72% de los productos contenían parabenos y dietil ftalato.
  • El 84% de los productos químicos detectados no figuran en la etiqueta del producto.
  • 11 productos contenían siete productos químicos prohibidos en la Unión Europea (UE) regulados por la Proposición 65 de California.
  • Los desrizantes comercializados para uso infantil, contenían los niveles más altos de cinco productos químicos prohibidos en la UE o regulados en virtud de la Proposición 65 de California.
  • Los parabenos, las fragancias, los nonilfenoles y el ftalato de dietilo se encontraron comúnmente en los estimuladores de la raíz, lociones para el cabello y desrizantes.
  • Los ciclosiloxanos se detectaron con mayor
    frecuencia en productos anti-frizz/anti-crespado y en concentraciones más altas que cualquier producto químico medido.
Fuente : Black Women for Wellness

¿De qué están hechos los desrizantes y los alisadores?

«Hasta el 78% de los desrizantes y alisadores contienen sustancias químicas que son disruptores hormonales, denominadas parabenos.
Los parabenos se han relacionado con el cáncer, el aumento de peso y la reducción muscular.
Hasta un 78% también contienen ftalatos que prolongan la vida útil de los productos; los ftalatos están asociados con el cáncer de mama, el cáncer de ovario y la menopausia temprana. »

Resultados publicados en la revista Environmental Research.

Pero al mismo tiempo, estamos en Europa y las regulaciones de la Unión son más estrictas que las normas de la FDA en cuestiones de salud ambiental, relacionadas con productos para cosmética capilar, productos de higiene y para bebés.
El problema surge cuando estas sustancias prohibidas según las regulaciones de la UE, no aparecen en la etiqueta del producto cuando están prohibidas por la ley, y en primer lugar, no deberían importarse, ni mucho menos aplicarse sobre cuerpos en crecimiento de niños menores de edad con mayor riesgo que sus madres.

[La Directiva de cosméticos de la UE establece que todos los productos cosméticos vendidos en la UE deben ser seguros y prohíben la inclusión de químicos en productos que se ha demostrado que causan cáncer, toxicidad reproductiva femenina y toxicidad para el desarrollo. En los diversos estudios, se encontró que algunos productos contenían compuestos prohibidos por la legislación de la UE. Algunos de éstos compuestos incluyen BPA, ftalato (nonilfenol y dietanolamina, alquilfenol y etanolamina). Por lo tanto, estos productos no pueden ponerse en venta en la UE. ]

Volviendo a desrizantes y alisadores químicos varios, con una historia muy antigua y compleja dentro de la comunidad Negra en los países Occidentales, donde nació la industria de la cosmética capilar Negra. Esta historia tiene profundas raíces históricas, con implicaciones sociales, políticas y psicológicas para las mujeres y niñas Afrodescendientes de las varias Diásporas del mundo y conecta universalmente a las mujeres de ascendencia Africana de todo el planeta. Tiene un significado profundo para nuestras almas, identidades, autoestima, autoexpresión y “esfuerzos de integración” de nuestras experiencias comunes y diversas en la región del Caribe, América Latina, en los diversos países de África, Estados Unidos, Canadá, Europa y Estados Unidos, y cualquier otro país del mundo con presencia de comunidades Afrodescendientes.

Cuando los investigadores del mercado global afirman que más del 50% de una población Negra como la comunidad AfroAmericana, usa desrizantes, permanentes y texturizadores. Cuando esta comunidad actúa por el resto de las Diásporas globales como una precursora de tendencias y un ejemplo a seguir, terminamos con un síndrome de alienación internacional en nuestras manos.
Debo agregar a esta información, que tenemos aquí otra forma interesante de control sobre la población Negra en general, a escala mundial a través del consumo internacional de estos productos.
Lo que se creó ayer y se convirtió en una tendencia en los Estados Unidos, es hoy en día lo que es más común en el resto del mundo.
Europa, el Caribe y África, así como América Latina, han tenido dificultad para obtener acceso a estos productos de belleza y cosmética capilar durante décadas, y como resultado la creciente demanda los ha hecho “artículos imprescindibles” o “crème de la crème”. Se han vuelto altamente deseables y muy por encima del precio que merecen mientras que fueron deliberadamente baratos para asegurar el beneficio máximo.

Esta es una doble imposición, que es psicológica porque no permite que las mujeres Negras vivan, muestren y acepten su belleza natural, alterando químicamente la naturaleza y textura de su cabello. (cuando no es el color de su piel o sus rasgos faciales y corporales) para adaptarse, ya que no se acepta, ni social ni profesionalmente, el crecimiento y estética natural de su cabello.
Por otro lado, se desarrolló todo un negocio para satisfacer estas necesidades específicas impulsadas por los empresarios Blancos, a quienes no les importaba la calidad, ni los efectos dañinos de las líneas que fabricaban y vendían.
Además de eso, no hubo alternativa durante mucho tiempo, ya que estas empresas se convirtieron en lobbies y las presiones sociales, para parecer lo más Europeas posible, para ser aceptadas, se convirtieron en la norma. En resumen, digamos:
“No te parezcas a ti misma y mátate en el proceso mientras estás” …

Donde tenemos un problema ético más grave, es con el uso de desrizante en el cabello de los niños, niños muy pequeños, con tan solo 3 o 4 años, a quienes aplican hidróxido de sodio o hidróxido de calcio en sus mechones porque se supone que deben lucir más bonitos .
El hecho interesante aquí es que, cuando ambas sustancias químicas se usan para limpiar el desagüe, el horno, para refinar el aceite, para procesar metales o para desintoxicar el agua, se indica claramente en la etiqueta: “Mantener fuera del alcance de los niños”

Otro problema mayor radica en productos cotidianos como champús, desenredadores, acondicionadores, aceites para el cabello, si queremos mantenernos en un lado más seguro y proteger a nuestros niños.

El prejuicio contra los cuerpos Negros y especialmente en contra del pelo Africano es tan antiguo como el comercio transatlántico de trata de esclavos, si tan solo tuviéramos el lujo de afirmar hoy que era algo del pasado …
El cabello siempre tuvo una gran importancia simbólica en África, tenía significado social, entre clanes, regional, totémico y mucho más, los peinados eran marcadores de identificación.

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Otro problema mayor radica en productos cotidianos como champús, desenredadores, acondicionadores, aceites para el cabello, si queremos mantenernos en un lado más seguro y proteger a nuestros niños.

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Arrastrados fuera de contexto, fuera de su tierra, los Africanos fueron capturados y afeitados para prohibir cualquier comunicación tribal, así como fueron convertidos en seres humanos esclavizados, perdieron su identidad, su humanidad, su fuerza, su libertad y su orgullo. El pelo eliminado bajo coacción era una parte de su cuerpo, de su dignidad que les habían sido arrebatado; las condiciones insalubres e inhumanas en que se encontraban, eran claras señales de su perdición.

El cruce a las colonias Americanas duraba meses, en condiciones dramáticas, sin permitirles lavarse ni peinarse, al llegar eran humillados, tratados como animales sucios.
A parte del corte constante de sus mechones por parte de extraños, uno de los castigos en las plantaciones era sumergir sus cabezas en un detergente hecho de agua y sosa cáustica. Dejando de lado las quemaduras, se convirtió en un suceso recurrente en la comunidad, ya que los demás pudieron observar el desrizado del cabello y el efecto alisador de la preparación. Como resultado, la inconcebible receta de miles de millones de dólares del desrizante centenario, nació del sufrimiento, de la humillación, de las quemaduras, de la sosa cáustica, de la patata y el huevo.

Esto es precisamente lo que las mujeres Negras han estado comprando, arriesgándose a quemaduras de alto grado, pérdida de cabello, cáncer, fibromas uterinos, etc., exponiéndose a un montón de otras muchas basuras químicas, que se agregaron a la mezcla para su más vendida versión moderna.

Lamentablemente, generación tras generación, nuestro cabello y nuestra piel aún siguen estigmatizados, y la creencia internalizada de que deberíamos eliminar nuestra textura rizada, nuestro crespo, nuestra melanina oscura de la ecuación, para convertirnos en seres soportables o aceptables, sigue viva, bajo la atenta mirada del principal espectador, también conocido como White Gaze.
El llamado síndrome de alienación del Africano esclavizado, que vive en un sistema de plantación basado en el colorismo, entre los esclavistas Blancos y los esclavos domésticos, mestizos y más claros, se convirtió durante la segregación racial y el apartheid, en el mejor método de supervivencia para integrarse, borrando las características físicas de su Africanidad.

Un último pensamiento o posiblemente dos, sobre el cabello natural que crece sobre nuestras cabezas y el conflicto diario que le acompaña que va más allá de una simple estética o moda fugaz, volviendo a su textura Afro natural.
También afecta a nuestra descendencia, que no debería tener que pasar por una fase de adaptación o ajustarse al fenotipo, que han heredado en esta realidad.
Observo que hemos perdido la sabiduría ancestral de nuestros antepasados, intercambiada por la alienación, por el dictado de la estética Occidental.
Hemos integrado y absorbido el rechazo a nuestra esencia Africana, que fue y sigue siendo en muchos casos una estrategia de supervivencia.
Por generaciones, hemos aceptado y normalizado el castigo físico como un ejercicio rutinario, también llamado “tratamiento de mejora estética”, que causó una ruptura con el conocimiento ancestral, con nuestro legado Africano, con el uso y el saber de materias primas perfectamente adaptadas a nuestra piel y cabello.
Hemos integrado como concepto que debemos borrar nuestra identidad Africana para aceptarnos, ser parte de este mundo Occidental, para poder unirnos al mercado laboral y al sistema educativo, para aspirar también a tener una vida sentimental y familiar.

“Nuestras niñas han percibido desde la infancia que su Negritud no es hermosa, no es aceptable para ser lo suficientemente femenina y deben aspirar a más a través de una transformación antinatural, que en sí misma es inalcanzable”.

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Nuestras niñas han percibido desde la infancia que su Negritud no es hermosa, no es aceptable para ser lo suficientemente femenina y deben aspirar a más a través de una transformación antinatural, que en sí misma es inalcanzable.

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Estos son problemas psicológicos y emocionales muy complejos, porque ver a su propia madre, como primera base de referencia y afectiva, transformarse a sí misma para existir, fomenta la inseguridad, el auto-rechazo y lo normaliza.
De hecho, la madre es la primera experiencia de la percepción de un niño sobre el mundo que se alimenta de esta relación emocional, y la emula como ejemplo principal. La madre es la cuidadora, la que enseña los rituales familiares y la naturaleza de la relación con el cuerpo; de ella debe surgir la sabiduría, el saber hacer, los rituales sagrados asociados con el cuidado corporal. Desde ahí, puede construirse una identidad cultural, un amor propio, el autocuidado, dejarse cuidar y aprender a cuidarse para un futuro próximo, enseñando a otra generación lo que nunca debe perderse.

La pérdida de este conocimiento sagrado es el legado de la esclavitud y la colonización en todos los diferentes rincones de nuestras diversas Diásporas mundiales.
Lo que una vez fue un castigo se usa hoy para occidentalizar nuestro cuerpo y nuestras almas, estamos más que listos para olvidar y vivir en completa ignorancia. No estamos dispuestos a ver que es otra forma infligida por el sistema para someternos, envenenarnos y tener así cuerpos debidamente controlados por el efecto que estas sustancias tienen en nuestras tasas de natalidad, nuestra salud reproductiva y nuestros hijos.

A nivel individual, luchar mentalmente contra una misma para no corresponder a la norma impuesta, recibir continuamente mensajes directos o subliminales del entorno o de la propia familia, de alienación o rechazo, insistiendo en el hecho de que no hay otra alternativa que la alteración física. Es afirmar que una no puede ser una mujer hermosa y orgullosa, e igualmente es caer de nuevo en la trampa de no ser completamente humana, tal como se vino a este mundo.

A nivel político y social, es otro enfoque, demostrar que nuestros cuerpos, nuestro cabello, continúan recibiendo ataques constantes y aún no han sido respetados hasta la fecha. En el discurso público nuestros cuerpos ocupan el lugar de la exhibición pública. Parece que nuestros cuerpos tienen que ser este espacio público abierto, cosificándonos, poniéndonos en una caja única que no se parece en nada a nuestra realidad o corporalidad. Nuestros cuerpos son vigilados por todos, controlados para ser contenidos, para que se ajusten a las expectativas de otras personas…

Hay muchos más enfoques, para desarrollar, para comprender, ¡cuán vital es estar atento, para nuestra salud física, psicológica y emocional!; por nuestras mujeres, nuestras familias, nuestros hijos, por nuestra sanación espiritual.
Aquí se encuentra un proceso de despertar muy profundo, de autoconciencia, de comprensión de nuestro pasado histórico, que explica muchos de nuestros problemas de alienación presentes en la comunidad. También sería un paso necesario para cambiar las mentalidades, actitudes pasivas, resignadas a nuestra opresión.
En este siglo XXI, ya sabemos que si continuamos como estamos, es porque el cambio debe comenzar desde nosotros mismos, desde dentro, ajenos al sistema desde un punto de vista individual y comunitario, desde un esfuerzo conjunto para ser lo suficientemente grande y eficaz.

Nuestro cabello Africano, nos guste o no, sigue siendo un actor político, el único poder que tenemos es la acción comunitaria, boicoteando lo tóxico, exigiendo que se respeten las leyes, sin exponer nuestros cuerpos y a nuestros niños.

«Cuanto mayor sea la visibilidad que le demos a los estilos de peinados naturales y cuantas más habilidades tengan las madres para peinar el cabello de sus hijos, menos vulnerables serán nuestros niños a la sobreexposición a sustancias químicas tóxicas, ya que se verán comprometidos sus sistemas inmunológicos»

Y finalmente, debemos entender que en Europa, en el Caribe, en América Latina y en África, todavía hay un mercado nicho que debe desarrollarse con productos de alta calidad, apoyando las iniciativas correctas y ofreciendo alternativas más saludables.
El consumidor debe ser el cambio, una vez que se comprende plenamente que la generación actual es otro tipo de consumidor, un consumidor que elige afirmar su identidad y tradiciones con una alta carga emocional.
Es un deber para nuestra comunidad tomar el control del mercado de la cosmética capilar Negra, de modo que se rediseñe específicamente para la multitud y la complejidad de nuestros cabellos, con una ética irreprochable.
Por un lado, utilizando ingredientes naturales y materia prima de buena calidad, rechazando lo nocivo y tóxico, y por otro lado, democratizando los precios, lo que permitirá el acceso transversal dentro de la Diáspora.

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Cuanto mayor sea la visibilidad que le demos a los estilos de peinados naturales y cuantas más habilidades tengan las madres para peinar el cabello de sus hijos, menos vulnerables serán nuestros niños a la sobreexposición a sustancias químicas tóxicas, ya que se verán comprometidos sus sistemas inmunológicos.

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