EL CABELLO AFRO NATURAL EN LOS MEDIOS

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Esta es la introducción de un nuevo capítulo que tratará del tema de la imagen corporal su representación en los medios.

Lo interesante sobre las mujeres de ascendencia Africana en regla general es la naturaleza o textura de su delicado cabello. Cómo es representado, experienciado, modificado y usado para vender una imagen determinada y unos productos comerciales específicos.

En la era de las apariencias artificiales cuanto mejor es el maquillaje y la pieza de extensión capilar, más femenino y aceptado socialmente será el sujeto, lo cual es un eco muy lejano de lo que realmente se esconde debajo. Hoy en día, los estándares de belleza no tienen que ver con la esencia con la que una nace, se trata de crear una nueva imagen, con todos esos atributos que no se tienen en primer lugar, para transformarse en otra cosa, en otra persona, poder sentirse cómoda consigo misma.

Volviendo a lo que podríamos llamar el pelo Africano, es muy difícil no hablar sobre la historia, y como consecuencia, sobre el constructo social que implica.

Beyoncé, for l'Oreal
Beyoncé, for l’Oreal

Me gusta mucho la dicotomía representada por esas mujeres Indias, que afeitan sus preciosas hebras naturales de cabello largo y oscuro como ofrenda a los Dioses, en un ritual sagrado sin obtener nada a cambio; para después, este mismo cabello ser comercializado al otro lado del planeta, llegando a alcanzar los precios más obscenos para acabar finalmente en las cabezas de algunas mujeres Negras, cubriendo sus sagradas coronas para conformarse a una sociedad Blanca en la que han estado tratando de integrarse desde que se les dijo hace siglos que habían recuperado su libertad como ciudadanas del mundo y sus cuerpos podían pertenecerles nuevamente.

Para aquellas que no pueden permitirse comprar extensiones, cabello entretejido y pelucas aún tienen el centenario desrizante químico, que no ha cambiado su fórmula tóxica desde sus inicios, también tienen a su alcance, el alisado semi-permanente llamado “tratamiento de keratina,”con otros ingredientes controvertidos. La alternativa por supuesto podría ser el peine o plancha caliente. Todo esto para conseguir un objetivo final :

The “White girl flow”(presumir de una textura de cabello lisa y ligera que flota en el viento)

Naomi Campell

La triste historia detrás de estas prácticas es que, en este siglo XXI, el pelo Africano todavía se considera inaceptable, poco profesional, sucio, salvaje, poco atractivo, feo, incluso ofensivo.

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La socióloga Juliette Sméralda escribe: « Desrizarse es demostrar la capacidad que una tiene de estar socialmente “adaptada” a un entorno hoy en día profundamente construido sobre el modelo Occidental. » […]

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Este estándar Eurocéntrico impuesto, ha pasado a la mentalidad inconsciente de las masas, y la comunidad Negra no es ninguna excepción. Para poder ascender en la escala social este cabello debe ajustarse a este dictado estético, independientemente de las capacidades, preparación y logros del individuo. Las clases altas, las famosas, las artistas, las atletas, las modelos, la clase política y las empresarias han borrado su Africanidad para lograr medrar.

Ya en los primeros años escolares, los padres deben cumplir y adaptarse para que sus hijos e hijas permanezcan en el sistema educativo y el mismo patrón se reproduce en el acceso al mercado laboral.

Este es el resultado de las dinámicas de poder entre dos comunidades, el legado de la dominación colonial Euro-Blanca y sus consecuencias todavía visibles en la sociedad actual. Esta relación basada en la dominio es sinónimo de la (sobre)valorización de rasgos y características físicas Europeas, lo que resulta en una imposible comparación entre dos fenotipos distintos.

La socióloga Juliette Sméralda escribe: « Desrizarse es demostrar la capacidad que una tiene de estar socialmente “adaptada” a un entorno hoy en día profundamente construido sobre el modelo Occidental. » […]

En un aspecto más amplio de cualquier sociedad Occidental, cualquier consumidor potencial tiene que ajustarse al estándar fijo de belleza transmitido por la dictadura del mundo del arte y de los medios de comunicación dominantes, que en la era dorada de los mensajes subliminales busca satisfacer a una generación de adictos a la pantalla.

Esta sobreexposición a una perfección irreal, comienza a una edad muy temprana, antes incluso que la noción de autoestima o de la adquisición de una personalidad consolidada. Así es como chicas jóvenes se convierten en muñecas de fantasía perfectas del patriarcado Blanco. Ya que es de dominio público que los magnates y los publicistas de los medios de comunicación, así como las casas más poderosas de moda han sido sectores de negocios esencialmente propiedad de hombres y dominados por ellos..

Se considera una mujer hermosa, si aparece con un suave y largo cabello, sin ser canosa o tener pelo blancos a la vista, ya que tiene que simbolizar la eterna juventud para que exista y se le vea atractiva. Y cuanto más largo el pelo, mayor el estatus social. Incluso el tipo de longitud elegido confiere características a la personalidad.

Afortunadamente, hemos sido testigos del movimiento nappy que se originó en los Estados Unidos a favor del pelo afro natural, en las dos últimas décadas. Esta revolución para algunas, ha venido para contrarrestar esas imágenes y constructos monocromáticos en todos los medios convencionales Euro-Blancos predominantes, impulsando la llegada de otros medios alternativos y otros cánones de bellezas.

Es también, una re-apropiación del término “nappy”, remontando a la época de la esclavitud este término Estadounidense, hacía referencia al cabello lanudo y enmarañado, para denigrar y describir el cabello Africano en su estado natural de textura muy rizada y ensortijada.

En Francia el acrónimo nappy se convirtió en sinónimo de “natural and happy, natural y feliz. Era en esencia, abandonar el enganche a la crema desrizante y a la modificación química de la textura o fibra capilar, para dejar que el cabello existiera en su estado natural. Se trataba de libertad, de auto-conocimiento, una necesidad para ser más saludable sin reivindicaciones políticas además de un re-descubrimiento de antiguas y olvidadas técnicas tradicionales para el cuidado capilar y el arte de peinar y diseñar el pelo Africano.

En 2005 se estrenó un documental llamado “My Nappy Roots : A journey through Black Hairitage”. Este documental ganador de múltiples premios y ampliamente aclamado, narra más de 400 años de cultura del pelo Afro y tiene cerca de unas 200 horas de material grabado.

Es un viaje iniciático e histórico, comenzando en África, a través de las rutas del comercio de esclavos transatlántico, llegando hasta la creación de la industria del sector de la cosmética capilar que conocemos hoy.

La narrativa cambió como consecuencia de la expansión de este movimiento de vuelta al natural, desde Estados Unidos hasta Reino Unido, pasando por las varias regiones del Caribe además de Francia, llegando incluso hasta el continente Africano; el discurso sobre el concepto de “pelo malo” empezó a evolucionar para transformarse y esto significó, el inicio de la era de lo natural y orgánico, la vuelta a las raíces, por así decir lo. La transición fue el camino a seguir.

Con la emergencia y popularidad del retorno al natural, la industria que se alimenta del llamado “mercado étnico”, ha perdido una gran cantidad de clientela, estas consumidoras leales ya no están dispuestas a seguir usando viejas fórmulas llenas de químicos perjudiciales para sus melenas. Los proveedores tuvieron que reaccionar para poder adaptarse mientras las celebridades y otras personalidades públicas empezaron a apoyar el movimiento nappy, convirtiéndolo en algo glamuroso y finalmente aceptable. Los estilistas y fotógrafos del mundo de la moda, lo transformaron en tendencia emergente, empujando en un primer plano más modelos de ascendencia Africana, luciendo sus afros naturales y otros estilos de peinados más intrincados.

Al mismo tiempo, las consumidoras de una extensa comunidad Negra, estaban usando y probando nuevos productos a través del boca a boca, volviéndose completamente dependientes de canales y tutoriales de Youtube, expectantes ante resultados reales de otras evaluadoras afro naturales. Las redes sociales se apoderaron de parte del negocio de los medios convencionales, elaborando reseñas reales y valoraciones en vivo sobre productos o marcas, convirtiéndolos en éxito o en fracaso.

Por primera vez, las redes sociales formadas por una comunidad Negra diversa, revolucionaron la industria de mil millones de dólares del cuidado capilar para diseñar y satisfacer sus necesidades específicas. Esta comunidad virtual era su propio estandarte creando representación para sí misma, así como una sólida cultura internacional alrededor del pelo afro natural, enfocado a un mercado global en pleno crecimiento; obligando a sus principales actores a conformarse, adaptarse y re-definir su estrategia y imagen de marca, además de sus productos para ajustarse a esta nueva demanda exigiendo cualidad.

Como resultado de tal fenómeno, las características de la cabellera natural de las mujeres Afrodescendientes ganaron más visibilidad en el mercado de la cosmética capilar y en el mundo de la belleza, lo que a su vez fomenta la autoestima y una autoaceptación de una nueva generación que se siente más capacitada para habitar su propio cuerpo y esencia.

La controversia que rodea inexorablemente a las mujeres de la comunidad Negra nunca se encuentra muy lejos. El mundo de la moda acompañado de la mano de los medios convencionales, con sus estándares de belleza Eurocéntricos, cayeron rápidamente en la apropiación cultural, queriendo absorber o imitar los peinados de inspiración Africana y la cultura Negra, sin que el propio cuerpo Negro inseparable de todo ello sea el protagonista, cuerpo considerado “gheto” o poco atractivo. Mientras que en la vida real tanto las niñas como las mujeres de ascendencia Africana se enfrentan, en el entorno educativo y profesional a la discriminación debido al pelo Africano que crece naturalmente de sus cabezas.

Revista blackhair afro blanca en portada. Publicación Diciembre/Enero 2017.

En wearyourvoicemag.com Artículo publicado Agosto de 2015. “White Folks, and Their Obsession with Black Hair”.

Por lo general, los Occidentales no racializados, siempre han sentido fascinación por el cabello de las comunidades Negras, especialmente el de sus mujeres percibido como un elemento exótico (la dimensión zoológica de la caricia como si se tratase de una mascota, que consiste en tocar sin consentimiento, porque parece que los cuerpos Negros tienen que ser propiedad de alguien…) esta tendencia a poseer y apropiarse sin permiso ha trascendido al arte, a la fotografía, a la moda y publicidad.

Está mal abrazar una tendencia cultural que ha sido estigmatizada cuando es representada por personas racializadas, pero cuando se trata de personas no racializadas, entonces nadie encuentra problema alguno, lo que reafirma sin un ápice de duda que cualquier cosa se ve mejor y es más aceptable para nuestros homólogos Blancos.

En jezebel.com Artículo publicado Septiembre 2010 “The Latest Blackface Fashion Shoot Is Extra-Tasteful”.

El principal problema, es tomar fragmentos de una cultura ajena sin entenderla para marca tendencia o más bien hacer su afirmación “tendenciosa”, insistiendo para llevarse todo el mérito por la novedad, incluso renombrando un elemento tan antiguo como los monumentos. También es no querer saber nada, sobre su origen o lo que representa, porque es un carrera contra el reloj por el último look, ya sabemos…

Debo decir en este punto, que la cabellera afro no es, en ningún caso tendencia, sino una identidad perteneciendo a la comunidad Negra que se enorgullece de ella y la utiliza como símbolo de su emancipación, es además una expresión de amor propio.

Elegir adoptar varios aspectos de la identidad de una persona como tendencia o un accesorio de moda, como si fuese suyo para poder explotarlo como mejor le parezca, es imponer su dominio sobre otras culturas e identidades. Pero también es manifestar otra forma de privilegio, porque la Africanidad de las varias y diversas Diásporas del mundo, está enraizada en el cabello Africano.
Cuando la moda se apropia, borra el patrimonio ancestral y tradicional, la historia y la cultura de personas reales en busca de un beneficio ciego; esta es otra forma en el que el capitalismo absorbe a la humanidad para convertirla en mercancía, bajo el sistema actual neocapitalista construido gracias al colonialismo y la esclavitud.

Hemos logrado progresar en las últimas décadas, pero la única forma de avanzar hoy, es reconocer e incluir a las personas racializadas en todos y cada uno de los ámbitos y medios.
Mientras no haya representación y estos sujetos no estén incluidos, abajo la atenta mirada pública, seguirán siendo una anomalía extraña.
La Negritud o la Africanidad, no es un monolito y no puede ser representada por la mirada Blanca, que solo ve una piel clara, un cabello liso o ligeramente rizado, en esencia una versión bronceada de su propio reflejo.
Para lograr normalizar la existencia de sujetos desposeídos de su humanidad, bajo un mismo sol para todos, la diversidad existente debe ser visible bajo la luz de los focos, pero también detrás del escenario entre bastidores de la industria, así es como se podrá lograr y garantizar un alto nivel de profesionalismo.

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La cabellera afro no es, en ningún caso tendencia, sino una identidad perteneciendo a la comunidad Negra que se enorgullece de ella y la utiliza como símbolo de su emancipación, es además una expresión de amor propio.

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Lecturas complementarias y referencias.

Peau noire cheveu crépu, l’histoire d’une aliénation.2005
(Piel negra, pelo crespo, la historia de una alienación.)
Juliette Sméralda.

Du cheveu défrisé au cheveu crépu.2012
(Desde un cabello desrizado hasta un cabello crespo)
Juliette Sméralda.

My Nappy Roots: Un viaje a través de Black Hairitage.
Documental estrenado en 2005.

Extracto :

https://m.youtube.com/watch?v=1-PScISjpks

https://www.imdb.com/title/tt0441779/
Dirigida por Regina Kimbell, Jay Bluemke.2010

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